miércoles, 25 de septiembre de 2019

¿Revancha?

Estrictamente no lo fue, pero que bien le supo a la Unità di Corvi el mantener el invicto a costa de quien le propinó su único descalabro en los últimos trece partidos disputados.
 
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Con un acomodo distinto en la cancha, los cuervos buscaban sacarse la espina de la final perdida hace unas semanas ante el mismo rival y lo hicieron de magistral forma durante la primera mitad, la mejor jugada ante un rival de calibre en toda su historia. Los negros controlaron el balón, presionaron la salida, estuvieron atentos en las coberturas, hicieron grandes jugadas colectivas e individuales, dispararon de media distancia y concretaron buena parte de las llegadas que tuvieron; y con todo ello, dejaron el marcador 4-0 ante el campeón del torneo anterior, con un par de tantos de Efrén (quien tuvo una gran reaparición), Erick y Jair.

Para la segunda mitad, el esfuerzo demostrado hizo mella en la Unità di Corvi y se vio muy presionada, pese a haber aumentado el marcador con un tanto de puros riñones anotado por Alberto. Los disparos del rival lograron incrustarse en dos ocasiones hasta que Erick logró su segundo tanto, sólo para después recibir el tercer tanto en el saque. Así pues, pese al fallo de una pena máxima, los grandes reflejos de Andros, el que la defensa se batió de manera importante y el peligro que se mantuvo en la parte de arriba, se logró dejar el marcador final en 6-4.

Esta vez, la victoria no sólo sirvió para sumar tres puntos y mantener el invicto sino para abollar la corona del rival y demostrarse a sí mismos, que los cuervos están para campeonar definitivamente. Ha quedado demostrado que se puede aprender de las derrotas y si bien, aun queda mucho por hacer para mantener el nivel durante todos los minutos, hay que disfrutar la enorme actuación que se tuvo. 


 
 
¡¡¡Andiamo Corvi, a conservar nuestra mejor versión,
manteniendo la mira en el campeonato!!!


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